Las Tunas, (Redacción Tiempo21).- La reconquista cubana del cetro de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe marcó la fortaleza de su deporte y consolidó a la isla como potencia en la región.
Una publicación de Prensa Latina señala que el retorno de la mayor de las Antillas al escenario de las justas regionales más antiguas del mundo tras su ausencia a Mayagüez-2010 por falta de seguridad a su embajada deportiva, creó un alto nivel de expectativas en torno a su coronación.
En esta ocasión con una delegación renovada en un 75 por ciento, la nación de Cuba se enfrentó a una liza organizada y concebida para que los anfitriones tuvieran en las primeras semanas de competencias un gran adelanto en títulos.
El presidente del Instituto Cubano del Deporte (Inder) Antono Becali, reconoció que el triunfo antillano se alcanzó en condiciones difíciles.
Tras once jornadas a la sombra de México, la mayor isla del Caribe comenzó su despegue y luego de alternar la cima con la sede, finalmente entre el jueves y el viernes dio el salto definitivo al llevar a sus arcas 32 medallas de oro, matizadas con las actuaciones doradas del atletismo, boxeo, remo, lucha, tiro, canotaje, ciclismo (f), el voly de playa (m y f) y algunas individualidades.
La coronación cubana, asentada sobre los 123 metales áureos, proporcionó al deporte de la ínsula la satisfacción de haberla conseguido en buena lid.
De momento, los estadistas e historiadores del deporte cubano destacarán en letras rojas, el oro de la maratón masculina, la plata femenina en esa misma modalidad del atletismo, el bronce del equipo de fútbol, y el retorno al ámbito centrocaribeño de los gimnastas artísticos.
El oro del béisbol, quizá el más deseado en la isla por ser este su deporte nacional, y porque al parecer encontró algo de luz en ese oscuro camino de derrotas internacionales de los últimos tiempos.
México fue un digno rival, pero tendrá que esperar a Barranquilla, Colombia en 2018, para probar suerte nuevamente: sus 115 medallas de oro hablan a las claras.
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