La Habana.- La estrategia preventiva y de enfrentamiento integral al tráfico de drogas en Cuba, acompañada de la voluntad de las autoridades posibilitan que este fenómeno no constituya una amenaza a la seguridad nacional o un problema de salud.
Actualmente la mayor de las Antillas marca pautas sobre lo que se puede hacer para enfrentar un flagelo como éste, con un sistema preventivo y educativo en el que intervienen varios actores de la sociedad con un enfoque multidisciplinario.
La problemática de las drogas fue uno de los temas más debatidos en el recién concluido Encuentro Internacional de Ciencias Penales en su duodécima edición, organizado por la Fiscalía General de la República, la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana y la Unión Nacional de Juristas de Cuba.
Otras temáticas analizadas en el evento fueron las modificaciones al nuevo Código del Trabajo, asuntos relacionados con la evasión fiscal, aspectos sobre la inversión extranjera y el papel de la Contraloría General de la República.
Además fueron debatidos asuntos como el combate contra el terrorismo, la corrupción, la trata de personas, los delitos económicos y otras violaciones transnacionales.
En la reunión intervinieron fiscales, procuradores generales y funcionarios, además de representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento al Delincuente.
Al hacer uso de la palabra, el jefe de Cooperación Operacional de la Policía Técnica e Investigativa del Ministerio del Interior de Cuba, Yoandrys González, explicó que entre los principales escenarios de enfrentamiento al tráfico ilegal de estas sustancias figuran los puntos de frontera internacionales y la zona costera.
En ese sentido expuso que desde hace 15 años se ejecuta en la nación antillana la denominada Operación Aché, para impedir la actuación de organizaciones criminales en aguas jurisdiccionales.
La misión también contempla mantener la inspección sistemática de las zonas costeras en busca de paquetes de drogas arrastrados por corrientes marinas, luego de ser abandonados por los traficantes por cualquier razón.
Como resultado, precisó que fueron frustradas 15 operaciones, capturados 48 traficantes y ocupadas 6.6 toneladas de cannabis entre el 2003 y el 2013.
Señaló que desde el 2003 se lleva a cabo la Operación Coraza, la cual tiene el propósito de desmontar actitudes delictivas y eliminar rasgos de impunidad que se apreciaban en la isla.
González explicó que la nación vive una situación económica desfavorable, pero esto no impedirá que los sistemas preventivos y de enfrentamiento mantengan la preparación constante de sus fuerzas.
El jefe de Cooperación Operacional de la Policía Técnica e Investigativa del Ministerio del Interior aseguró que el Estado cubano seguirá asignando los recursos necesarios y continuará consolidando la cooperación internacional.
Recientemente, la ministra cubana de Justicia, María Esther Reus, destacó la efectividad alcanzada en el país en la lucha contra las drogas, al tiempo que consideró de vital importancia la labor preventiva.
Asimismo, ratificó la voluntad política de la isla caribeña de continuar su estrategia contra ese flagelo.
Hemos logrado -subrayó- que en el enfrentamiento a las drogas se sumen las organizaciones populares, estudiantiles y el campesinado, entre otros actores de la sociedad para realizar un trabajo integral.
En la isla prima una voluntad política del gobierno que asegura los recursos y condiciones necesarios para la aplicación de medidas en pos de evitar un peligro para la seguridad nacional, señaló Reus.
La labor de prevención, indicó, está sustentada en una adecuada capacitación para que cada organismo tenga identificados sus riesgos sin perder de vista la cooperación entre ellos.
Actualmente, explicó la ministra de Justicia, contamos con una legislación en correspondencia con las medidas que se adoptan en este campo, ya sean de carácter penal o administrativo.
También tenemos un código penal que contempla severas sanciones para aquellos delitos vinculados al tema de la droga, que constituyen barreras de contención, afirmó Reus.
Las formas de enfrentamiento, precisó, deben ser atemperadas acorde a las nuevas modalidades en que se presenta esta actividad ilícita.
Por otra parte, existe un programa para rehabilitación y reincorporación de los ciudadanos a la vida que se convirtieron en consumidores, destacó.
El objetivo del plan nacional de prevención es preparar a la población para evitar el uso indebido de drogas y crear una cultura del rechazo, agregó.
Reus resaltó la importancia de la cooperación internacional, pues a Cuba por sí sola le es imposible realizar este trabajo, porque por tratarse de un fenómeno mundial se necesita de un enfrentamiento global.
Cuba constituye un símbolo de lo que se puede hacer para enfrentar un fenómeno como éste, con un sistema preventivo y educativo fundamentalmente, aseveró.
Hoy este país tiene diseñado un sistema para prevenir y enfrentar el flagelo de las drogas con una voluntad política y una postura firme de no tolerancia, y sobre todo con los principios de que no somos una nación de producción, de tráfico, ni destino para el consumo. (Joel Michel Varona/ Prensa Latina)
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