Una situación compleja afronta este territorio, pues de sus cinco mil 550 unidades, solamente 268 clasifican con autosuficiencia alimentaria, y aunque crecen las áreas forrajeras, es alta la reposición, superior al 60 por ciento, a causa del mal manejo y pocas atenciones culturales a las mismas.
De ahí que en la actual etapa se aspire a plantar más de seis mil 200 hectáreas de pastos y forrajes, y se recuperó la fábrica de pienso criollo de la Empresa Agropecuaria, de Jobabo, en la cual se prevé lograr más de 240 toneladas para las unidades productoras de leche y las de ceba.
En la provincia de Las Tunas favorecerá también la alimentación el incremento de los suministros por AZCUBA de residuales como bagacillo, cachaza, urea, y la miel que desde hace más de 20 años no se asignaba a la ganadería.
Durante el período seco se agotan como promedio mil 50 fuentes de abasto el 20 por ciento de las existentes- , lo cual conlleva al suministro de agua en pipas a unas 29 mil 500 cabezas en la etapa más crítica, sobre todo en los municipios de Jobabo, Amancio, Majibacoa y Las Tunas.
También es preciso alistar los equipos e implementos, pues del volumen total de alimentos a suministrar el 44 por ciento se realizará de forma mecanizada, y el resto con medios de tracción animal, como carretones, carretas y yuntas de bueyes.
Un centro de recría en la localidad de "La Veguita", en el municipio cabecera, se integra a las aspiraciones de recuperación ganadera mediante el acondicionamiento de cuneros para las crías, cuya base alimentaria está garantizada, con vistas al desarrollo en tiempo breve de animales de más calidad, las hembras destinadas al ordeño y los machos a la ceba.
En Las Tunas también urge revertir la desfavorable situación en cuanto al bajo nivel de inseminaciones, gestaciones y nacimientos, lo cual provoca decrecimiento de la masa y disminución de su vida útil.
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