Escrito por :Maira Castro Lora
Las Tunas.- Un estudio de alrededor de seis años, aún en desarrollo, posibilita a los apicultores de la oriental provincia de Las Tunas disponer de un material descriptivo de las características y potencialidades melíferas de más de 130 especies, que puede contribuir a incrementar la producción de miel.
El productor y especialista de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes del territorio, Ángel Manuel González Espinosa, incluye entre 16 y 18 especies de cosecha, y las otras de sostenimiento, pues casi toda la miel en Cuba se produce de plantas silvestres, mientras en Europa y Norteamérica es de cultivo, del cual en la nación caribeña solo aportan los cítricos, muy afectados por plagas y la guerra biológica.
Los apicultores locales fomentan una especie de verbenácea, la lippia, un arbusto que florece prácticamente el año entero, y es indiferente a si los días son largos o cortos, y hay otras poligonáceas como el coralillo blanco y el rosado también con buen potencial melífero, e incluso su forma de cebolla bajo el suelo acumula sustancias para épocas de sequía, propias de este territorio.
Desde su experiencia apícola en la finca Las palmitas, de la Cooperativa de Créditos y Servicios José Santiago Ercilla, del municipio de Las Tunas, González Espinosa precisa ante quienes dudan en fomentar esas especies que "de cuatro plantas y de 10 flores las abejas no pueden sacar miel, tienen que visitar miles".
Asegura que "si esto se sigue potenciando, por ejemplo en lugares que no se afecten cercas, en terrenos marginales, la siembra de esas nuevas plantas se va enriqueciendo, lo cual mejora el medio ambiente en general y se crea un potencial para todo el año".
Igualmente aprecia un poco más de conciencia entre los apicultores, y se fomenta el piñón cubano, del cual eran las cercas de la ganadería, cuyo potencial productivo se calcula en más de 400 toneladas de miel a nivel de país, como excelente planta melífera que florece desde finales de enero, febrero y la primera decena marzo, pero su sistema radicular tan superficial limita la absorción del agua.
En el territorio se propaga una variedad similar, la glicidia, más idónea para las condiciones climáticas de la región, obtenida de semilla botánica, cuya raíz principal penetra las capas del suelo y es capaz de absorber el agua en las profundidades y secreta néctar, que ya la tienen varios productores pero es bueno seguir incrementando su cultivo.
González Espinosa acota que "en el trópico la parte de Centroamérica y el Caribe es de mucha biodiversidad, con alrededor de 400 especies de plantas que son visitadas por las abejas, y el estudio en Las Tunas tiene más de 130, de las que se describe el nombre común, el científico, la familia, si aporta néctar o polen, en qué época florece, y una serie de factores climáticos que influyen en si la abeja va o no a ellas".
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