lunes, 17 de noviembre de 2014

Monte Cabaniguán: destruyendo los mitos del cocodrilo

José Armando Fernández Salazar

jaf@ain.cu

cocodrilo_americanoLos cocodrilos han habitado la tierra durante millones de años, sin embargo gran parte de su comportamiento es un misterio.

Alrededor de ellos han surgido mitos relacionados con su agresividad y voracidad, lo que ha llevado, junto a la codicia por su piel e incluso su carne,  a su caza indiscriminada y a la destrucción de sus hábitats.

Existen 13 especies de este gran lagarto en el planeta, algunas de ellas en peligro de extinción, como resulta el caso del cocodrilo acutus (Crocodylus acutus), cuya población se estima en unos seis mil ejemplares distribuidos por el norte, centro y sur del continente americano.

El acutus, también llamado cocodrilo americano, coexiste en hábitats restringidos del archipiélago con la especie autóctona, el afamado rhombifer cubano (Crocodylus rhombifer) y son las dos únicas conocidas en el país.

Una de las aglomeraciones más importantes del acutus en el mundo se encuentra en el área protegida de Monte Cabaniguán, ubicada al sur de la provincia de Las Tunas, en la Ciénaga de Virama, declarada sitio Ramsar por sus valores ecológicos.

En ese refugio de fauna, biólogos cubanos se empeñan en destruir los mitos que existen alrededor de esta especie mediante investigaciones lideradas por el doctor en ciencias Manuel Alonso Tabet, uno de los expertos más reconocidos en este campo universalmente.

Las indagaciones que desarrollan en Monte Cabaniguán son imprescindibles para conocer las características y la ecología de este saurio y se extienden a campos como el de la biología molecular y la eto-ecología (ciencia que estudia el comportamiento de los animales).

Para llevar adelante sus análisis, los expertos deben adentrarse en los esteros del área protegida con el propósito de contar el número de individuos. La tarea se realiza fundamentalmente en horas de la noche, cuando es mayor la actividad de estos animales.

Durante la etapa de nidificación es preciso poner pie en tierra para determinar el número de nidos. El régimen de las lluvias y la temperatura influyen mucho en el éxito de la eclosión, período en el que las hembras suelen tener comportamientos muy territoriales.

Para determinar la salud de la población de los reptiles, los investigadores emprenden, además, la captura de algunos ejemplares, que son tallados, pesados y marcados.

La labor de estos trabajadores incluye la conservación del ecosistema en el que se desarrolla la población del también llamado cocodrilo americano mediante el enfrentamiento a la tala ilegal e indiscriminada del mangle y otras especies de la flora, así como también a la caza y pesca furtivas.

Estos especialistas impulsan acciones de educación ambiental en la cercana comunidad de Zabalo y abogan por la aplicación de proyectos relacionados con el turismo de naturaleza para la sostenibilidad económica de su labor ecologista, una iniciativa que- a pesar de sus beneficiosos- aún no ha encontrado terreno fértil para prosperar.

En su faena comunitaria, los técnicos de Monte Cabaniguán presentan los resultados de sus investigaciones y contribuyen a destruir varios de los mitos que existen alrededor del cocodrilo, destacando su función en el equilibrio biológico de los ecosistemas.

Un estudio global encontró que casi una de cada cinco especies de reptiles está en riesgo de extinción, debido a la pérdida de hábitat por la agricultura y la explotación forestal, además de la sobreexplotación de recursos.

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